Con el avance de una ola polar, distintas regiones del país están registrando nevadas esta semana, un fenómeno natural que no solo despierta asombro, sino que también exige precaución. Pero ¿cómo se forma la nieve y qué otros eventos meteorológicos suelen acompañarla? En esta nota te explicamos todo lo que necesitás saber para comprender y prepararte ante estas condiciones invernales.
¿Cómo se forma la nieve?
La nieve es un tipo de precipitación sólida que llega al suelo en forma de pequeños cristales de hielo, conocidos comúnmente como copos. Estos se originan en nubes frías, donde el vapor de agua se congela rápidamente a través de un proceso llamado sublimación, transformándose directamente en hielo sin pasar por el estado líquido.
A medida que los cristales crecen, se agrupan formando estructuras complejas que pueden alcanzar hasta un centímetro de diámetro. Para que estos copos lleguen al suelo sin derretirse, es necesario que la temperatura del aire se mantenga igual o por debajo de los 0 °C desde la nube hasta el suelo. Si en el trayecto la temperatura sube, los copos se derriten y se transforman en lluvia.
Fenómenos que acompañan a la nieve
Entre los eventos que pueden acompañar una nevada, la ventisca es uno de los más peligrosos. Se trata de una combinación de nieve intensa y vientos fuertes, lo que genera una reducción severa de la visibilidad, acumulaciones irregulares de nieve y condiciones extremas para circular o permanecer al aire libre. Este fenómeno es habitual en zonas montañosas o de alta latitud, pero también puede darse en áreas urbanas durante fuertes temporales.
La ventisca no solo afecta la visibilidad y el tránsito: también desorienta a las personas al borrar referencias visuales como el horizonte o edificios cercanos, dificultando la orientación incluso en lugares conocidos.
Consecuencias para la salud
La exposición prolongada a la nieve y al frío extremo puede tener consecuencias graves, especialmente si no se toman medidas adecuadas de protección. Entre las más comunes se encuentran:
Hipotermia, cuando la temperatura corporal desciende peligrosamente.
Congelamiento, que afecta principalmente extremidades como dedos, nariz y orejas.
Dolor e irritación en la piel, por el impacto de los copos y el viento frío.
Desorientación y aturdimiento, sobre todo en contextos de ventisca intensa.
Recomendaciones para cuidarse
Ante la presencia de nevadas, ventiscas o temperaturas extremadamente bajas, es importante tomar precauciones para evitar accidentes o afecciones a la salud:
Evitá las actividades al aire libre si no son esenciales.
Usá ropa térmica, guantes, gorro y calzado impermeable.
Si tenés que circular, hacelo con precaución.
Informate a través de los canales oficiales sobre el estado del tiempo y rutas.